Los materiales blandos y coloridos son muy atrayentes para los más pequeños ya que permiten que estos se entreguen al juego durante horas sin poner objeción alguna. Además de tener un valor educativo, las figuras de espuma constituyen un aspecto fundamental el desarrollo psicomotor del niño.
En este sentido, a nivel educativo, las figuras de espuma son clave en colegios, centros educativos y salas de terapia. El uso de colores y formas permiten que los niños reconozcan nuevas formas e identifiquen colores. Sin olvidar, por supuesto, el elemento lúdico que supone para ellos.
Pero, ¿qué beneficios tienen las figuras de espuma en los niños?
El primero de ellos es la resistencia y ligereza. Las figuras de espuma foam ayudan a los niños de 3 hasta 6 años a ganar resistencia y fuerza muscular. Durante los primeros años de vida del niño es muy importante estimular su musculatura para que ésta no quede atrofiada. A través del juego, los más pequeños realizan actividades diarias que de lo contrario resultarían aburridas para ellos: saltar, trepar, reptar, subir, bajar…
En una sala de terapia infantil es muy común encontrar figuras de espuma. Aparte de dichas figuras, la sala debe contar con una serie de elementos que garanticen la seguridad de los menores como son los paneles para el forrado de paredes, pilares o esquinas. El objetivo de la psicomotricidad en las salas de terapia infantil es lúdico-deportivo y dependiendo de la patología del niño se podrá usar una figura u otra creando diferentes circuitos.
El segundo beneficio de las figuras de espuma es que permiten mover todo el cuerpo a través de diferentes ejercicios individuales o en grupo. El niño consigue así controlar su cuerpo a través del equilibrio o la orientación en un espacio y tiempo concretos.
El tercer beneficio que encontramos es que mediante el ejercicio con bloques de foam, los más pequeños aprender a ganar confianza en sí mismos al enfrentarse a situaciones nuevas y desconocidas para ellos, algo fundamental en el desarrollo de su psicomotricidad.
El cuarto beneficio que tienen los bloques o figuras de espuma en edades muy tempranas es que mejora los aspectos cognitivos del niño al permitirle desarrollar su imaginación, memoria o nuevos hábitos de aprendizaje que contemplen la concentración o atención.
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